"La publicidad se basa en una cosa, la felicidad. Y, ¿sabes lo que es la felicidad? La felicidad es el olor de un coche nuevo. Es ser libre de las ataduras del miedo. Es una valla en un lado de la carretera que te dice que lo que estás haciendo lo estás haciendo bien."-Don Draper, personaje de ficción de Mad Men.
LA GRAN EXCEPCIÓN.
Al comienzo de mis lecciones de
marketing, (y como comenté en mi primer artículo de este blog, que podéis ver aquí), tras analizar el marketing actual se llega a la conclusión de que en la
sociedad post-industrial que vivimos predomina un marketing social, un
marketing a largo plazo. En este tipo de marketing los valores y la ética son
el centro del sistema. Sin embargo, se me ocurre una chocante excepción: los
diamantes. ¿Es que acaso se te ocurre
algo menos ético que los diamantes?
Imperialismo moderno, “diamantes
de sangre”, guerras, lujos innecesarios mientras la gente que los extrae vive y
muere en condiciones de violencia extrema. Si verdaderamente predomina el
marketing ético social, ¿cómo se explica que según el estudio de Bain &
Company “The Global Diamond Report 2014” la demanda registre un crecimiento del
4,2%? Los principales consumidores de este bien del más absoluto lujo son E.E.U.U.
(liderando el mercado con diferencia), China e India; según el estudio de la
Industria Mundial del Diamante.
Gráfico reflejando las predicciones de la demanda mundial de diamantes, extraído del estudio. |
Esta es la situación actual, pero
nos encontramos en una transición. El consumidor empieza a desencantarse: por
mucho que sea un diamante, ¿vale la pena el sufrimiento humano y medioambiental
que acarrea? Es por ello que hoy en día, para afrontar estas preocupaciones del
consumidor surgen nuevos productos como los diamantes sintéticos.
Por la información que he podido
encontrar, parece ser que el marketing de los diamantes busca apagar el
sentimiento de culpabilidad del consumidor alegando que ese diamante es para
siempre. Es eterno, durará para toda la vida. El estudio que acabo de mencionar
se titula “Diamonds, timeless gems in a changing world” (Diamantes, gemas
intemporales en un mundo cambiante) e identifica el hechizo de este producto como
un atractivo emocional.
Pero es que el marketing detrás
de esta industria es brillante (si me permites el juego de palabras) y lo ha
sido siempre. Desde que Marilyn en “Los caballeros las prefieren rubias” pronunció
lo que se convertiría en el eslogan mundial de esta industria: “Diamonds are a
girl’s best friend” y Audrey desayunaba con diamantes, las mujeres han quedado
hipnotizadas por esta piedra. Este lujo es una apuesta segura para muchos y por
ello, el consumidor del lujo ignora su conciencia y se deja atrapar por los
diamantes.
¡Hasta luego!
Carmen.
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